The United Nations Office for Project Services (UNOPS)
El agua es la fuente de la vida
Disponer de un mejor acceso al agua está ayudando a brindar nuevas posibilidades a las personas que viven en algunas de las comunidades más remotas del mundo.
No hay escasez de agua en Darfur Oriental, pero la mayoría se encuentra en reservas hídricas muy profundas, lo que dificulta y encarece la extracción de este preciado recurso.
Un proyecto polifacético encaminado a mejorar la gestión de los recursos naturales y el acceso a agua potable en las zonas rurales está ayudando a mejorar las condiciones de salud, reforzar los medios de vida y fomentar la paz en una zona con tendencia a sufrir conflictos.
«El agua es la fuente de la vida. Sin agua no podemos vivir. Disponer de agua ha resuelto muchos de nuestros problemas», afirma Elnor Alsair Elnor, jefe del comité local de recursos naturales en Kadeik.
Darfur Oriental
Kadeik, donde residen cerca de 10.000 personas, se encuentra a 15 kilómetros de la capital del estado de Darfur Oriental, Ed Daein. Las comunidades que viven en la zona de Kadeik dependen en gran medida de la agricultura, la silvicultura y la ganadería. En el pasado, se tardaba tres horas en burro para ir a Ed Daein a buscar agua, con altas temperaturas y a través de terrenos difíciles y arenosos.
Sin embargo, la construcción del nuevo depósito de agua local permite que las personas ya no tengan que recorrer largas distancias en busca de agua, lo que les deja más tiempo para centrarse en la agricultura y otras actividades generadoras de ingresos.
Según Elnor, plantar verduras no era habitual hasta hace poco tiempo. Ahora, con una fuente de agua cercana, las comunidades pueden regar la tierra para cultivar pequeños huertos y producir cosechas de rúcula, rábanos, cebollas o tomates. Eso permite que las familias dispongan de ingresos adicionales, al tiempo que mejoran su nutrición.
En Arafat, otra localidad de Darfur Oriental, soluciones simples como carros tirados por burros ayudan a reducir el número de viajes que realizan las familias para rellenar sus recipientes en el depósito de agua. Los carros garantizan que los hogares dispongan de agua suficiente para satisfacer sus necesidades diarias y reducen el tiempo dedicado a buscar agua. Esto tiene un efecto significativo en la situación de las mujeres, que generalmente se encargan de esta tarea para abastecer sus hogares. Los carros también resultan útiles durante la temporada de cosecha, cuando los trabajadores a menudo se encuentran lejos de las fuentes de agua y necesitan un suministro constante de agua potable para mantenerse hidratados.
«Antes, aquí no había agua. Salía a las 6:00 para buscar una bomba de agua para conseguir agua. Hacía calor. Los niños y los animales tenían sed. No podíamos ir a trabajar en las granjas».
Sadia Ahmen Abdullah
Residente de Arafat
«Recogíamos agua con dos garrafas. Teníamos que hacer el viaje tres veces al día para tener agua suficiente. Ahora disponemos de carros, burros y depósitos. Puedes ir una vez, llenar el depósito y compartirlo con tu vecino. Es suficiente agua para un día. No tenemos que volver hasta el día siguiente».
Fatima Mohammed Omer
Residente de Arafat
Nuevas oportunidades
Según Cosimo Lamberti-Fossati, antiguo gerente de proyectos de la Comisión Europea en Sudán (que financió el proyecto de gestión de los recursos naturales), es necesario que las comunidades participen en el proceso para garantizar que las nuevas infraestructuras de abastecimiento de agua tengan efectos positivos a largo plazo.
«No se trata solo de excavar unos pozos y obtener agua para las personas, sino de hacer que esto sea sostenible», explica.
Las comunidades desempeñan una labor fundamental desde el inicio en la construcción de depósitos de agua, que va desde la cesión de tierras hasta la gestión cotidiana de operaciones. Con el fin de garantizar que las generaciones venideras sigan teniendo acceso al agua, se cobra una tasa pequeña y asequible a quienes utilizan la infraestructura. El 30% de la cantidad ingresada se asigna a la empresa responsable de gestionar y mantener los depósitos, East Darfur State Water Corporation.
Forjar relaciones fuertes entre una serie de partes interesadas, así como entre las propias comunidades, ha sido fundamental para que el sistema funcionara.
El proyecto [...] ha demostrado que cuando las personas se reúnen [...] y debaten sobre la manera de utilizar los recursos naturales compartidos, encuentran más puntos en común que razones para pelear o no hablarse».
Con los ingresos que generan los depósitos de agua, las comunidades están diseñando planes de inversión conjuntos para futuros proyectos. Para Munier Gaafar Mohammed, Gerente de País de UNOPS en Sudán, la forma en la que la población se ha apropiado del nuevo sistema de infraestructura de abastecimiento de agua, así como su gestión, se traduce de manera única y positiva en el éxito del proyecto.
«Hablan sobre cómo “hemos hecho esto” y “pensamos hacer esto otro en el futuro”. Hay esperanza, hay aspiraciones y hay poder de apropiación de las instalaciones que se han construido», cuenta.
Información sobre el proyecto
Al promover una gestión de los recursos más eficaz, el proyecto para la gestión de los recursos naturales (Natural Resource Management Project) tenía el objetivo de mejorar los medios de vida y mitigar la pobreza en las comunidades afectadas por conflictos en Darfur Oriental. El proyecto trató de atenuar las posibilidades de que se actuara con violencia y mejorar las condiciones de vida de la población al actuar en tres esferas esenciales: el acceso al agua, la política ambiental y los medios de vida.
Con la financiación de la Unión Europea, el proyecto se implementó en dos fases en asociación con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y con ZOA (una organización internacional de socorro y recuperación), junto con asociados locales, las comunidades participantes, instituciones consuetudinarias y el Gobierno.
UNOPS fue el principal organismo ejecutor del proyecto y también construyó nueve centros de abastecimiento de agua. El PNUMA ayudó a implementar políticas para dirigir el uso de los recursos naturales. ZOA, junto con los asociados locales, trabajó en el desarrollo de la capacidad para mejorar los medios de vida y promover el uso de técnicas más sostenibles al utilizar recursos naturales.
Más de 9.000 hogares en nueve localidades del estado de Darfur Oriental se han visto beneficiados por el proyecto, que además ayudó a desarrollar nueva legislación en materia de gestión de los recursos naturales. La Ley del Consejo para la Coordinación y Gestión de Políticas de Recursos Naturales en el Estado de Darfur Oriental (2018) es la primera de esa índole en Sudán y proporciona un marco para la gestión compartida de recursos entre el Gobierno estatal y las comunidades locales.