The United Nations Office for Project Services (UNOPS)
Apoyo al empoderamiento de las mujeres en zonas rurales de África
Las mujeres desempeñan un rol clave en la producción de alimentos, la generación de ingresos y el impulso de las economías locales y mundiales en las zonas rurales.
La igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres son fundamentales en la lucha contra la pobreza y el hambre, así como para mitigar los efectos del cambio climático. En África, UNOPS trabaja con sus asociados para facilitar el acceso de las mujeres que viven en zonas rurales a oportunidades de educación y capacitación, actividades de generación de ingresos, servicios de salud que tienen en cuenta las cuestiones de género, agua potable y mucho más.
Camerún
Camerún
En algunas zonas rurales del oeste de Camerún, la infraestructura en mal estado –o inexistente– ha dificultado enormemente el acceso a las aguas subterráneas, obligando a las personas a recurrir a fuentes de agua inseguras.
«Antes íbamos al río a por agua. Está bastante lejos y el agua de allí tiene muchos problemas», explica Chaida Balkissou, residente de la aldea de Koupa Menke-Ori. «Hay vacas y otros animales [que contaminan el agua]».
Gracias a la financiación de la Agencia de Cooperación Internacional de la República de Corea, UNOPS está trabajando con el Gobierno de Camerún y las comunidades locales para llevar agua potable a más de 120 aldeas de 3 regiones diferentes del país.
En Bafolé, Awah Njikam es la tesorera del comité de gestión del agua de su aldea, encargado de supervisar la gestión y el mantenimiento de la infraestructura hídrica.
A final de cada mes, Awah recauda los pagos para cubrir la cantidad de agua que la gente ha utilizado. Este dinero se ingresa en una cuenta y se utiliza para sufragar los costos de mantenimiento y desarrollo según sea necesario.
En una región en la que las mujeres suelen estar excluidas de la toma de decisiones, fomentar y garantizar su participación en los comités ha sido una parte importante del alcance comunitario del proyecto.
República Democrática del Congo
República Democrática del Congo
Décadas de guerra en el este de la República Democrática del Congo han perturbado la producción y el comercio y han desplazado a un gran número de personas.
El Programa Integrado para el Crecimiento Agrícola en la Región de los Grandes Lagos (PICAGL), financiado por el Banco Mundial, tiene como objetivo impulsar la productividad agrícola y mejorar la integración regional del sector de la agricultura.
En la República Democrática del Congo, UNOPS está mejorando los sistemas de irrigación existentes y rehabilitando las carreteras secundarias para mejorar el acceso a los mercados de los agricultores y las agricultoras locales, incluidas miles de mujeres de las aldeas de Kivu del Sur y Tanganica.
El programa también ha generado empleos temporales para casi 900 mujeres de la zona, como Riziki Sifa Bakari. Riziki, de Kivu del Sur, recibió capacitación como jefa de equipo en el marco del programa.
«Al final de la capacitación, volví a casa y me puse a trabajar. Este trabajo me permitió comprar tres cabras y empezar mi negocio, gracias al cual pude enviar a los niños a la escuela», señala Riziki.
«Y ahora estoy participando en este curso de capacitación para ser jefa de obra: estoy deseando terminar para poder conseguir otro trabajo y seguir cuidando de mi familia», añade.
Mi historia
Testimonios de mujeres de Camerún, Gambia, Guinea, Sudán del Sur y Zimbabwe.
Guinea
Guinea
Kanoukpè Mammy tenía dificultades para encontrar trabajo después de dejar la escuela cuando todavía era muy joven. Al no disponer de muchas oportunidades económicas, se involucró en actividades de delincuencia común. «Cuando veía algo que no me pertenecía, si me gustaba, me decía a mí misma que tenía que agarrarlo», explica.
Para dar a Kanoukpè y a otras personas como ella la oportunidad de romper el ciclo de la pobreza y aprender nuevas habilidades, UNOPS ayudó a proporcionar capacitación profesional y subsidios para pequeños negocios, así como apoyo psicosocial, gracias a la financiación de la Unión Europea.
Kanoukpè aprendió sobre el cultivo de hortalizas. Ahora es responsable de un pequeño grupo de agricultores y agricultoras que cultivan pimientos y batatas, los cuales venden a las comunidades vecinas. Dada su motivación de compartir sus conocimientos con otras personas, se ha convertido en modelo para su comunidad.
Kenya
Kenya
Kenya cuenta con una de las tasas de mortalidad materna más elevadas del mundo. Para ayudar a hacer frente a este desafío, UNOPS apoyó a UNICEF en el fortalecimiento de los servicios de atención de salud maternoinfantil para reducir la mortalidad materna y neonatal en cinco de los condados más afectados de Kenya, incluido el condado de Turkana.
Para que los centros de salud tengan en cuenta las cuestiones de género, estos deben atender las necesidades específicas de todas las personas, incluidas las mujeres. Para garantizar que se tuvieran en cuenta las necesidades de intimidad, higiene y seguridad de las mujeres embarazadas, se rehabilitó la maternidad del hospital de referencia del condado de Lodwar, en Turkana. Se añadieron una sala de recuperación posparto y una sala para practicar la técnica de la "madre canguro", y se construyó un nuevo quirófano exclusivo para cirugías relacionadas con la salud maternoinfantil.
Catherine Nasike es voluntaria de salud comunitaria en Turkana. Cada vez que se entera de que una mujer está embarazada, Catherine acude a visitarla lo antes posible para animarla a recibir atención prenatal. A menudo, remite a mujeres a la clínica e incluso las acompaña en sus visitas.
Catherine tuvo a su hijo Gilbert con solo 16 años y su embarazo fue complicado. Tras ser trasladada en boda boda (mototaxi) al hospital de referencia del condado de Lodwar, se vio obligada a esperar varios días para dar a luz porque el hospital no estaba equipado para tratar sus complicaciones durante el fin de semana.
Al reflexionar sobre sus propios partos, considera que la información y el apoyo que ofrece la comunidad de voluntarios y voluntarias de salud son de gran ayuda.
«Si hubiera sido ahora, habría sido diferente», afirma Catherine. «Habría recibido mucha más ayuda y el hospital habría podido atender el parto en cualquier momento sin tener que esperar».
Sierra Leona
Sierra Leona
Desde hacía mucho tiempo, la población de las zonas rurales de Sierra Leona tenía problemas para acceder a una fuente de energía confiable. Se trataba de una situación que ponía en riesgo a los y las pacientes y dificultaba aún más la labor del personal de salud.
Konnie Bangura sabe de primera mano lo grave que puede ser la falta de electricidad cuando recuerda el nacimiento de su primer hijo. «La iluminación era tan mala que cuando la enfermera me estaba asistiendo en el parto, por error, le cortó en la frente al bebé con el equipo que estaba utilizando. Todavía hoy tiene la cicatriz», relata Konnie.
Financiado por el Reino Unido, el Proyecto de Energías Renovables en Entornos Rurales dio respuesta a la necesidad crítica de electricidad proporcionando energía solar a los centros de salud de las zonas rurales.
Las mujeres que prestan servicios de salud críticos a la comunidad afirman que disponer de una fuente confiable de energía ha contribuido a crear un entorno de trabajo más eficiente en los centros de salud, lo que permite que más personas reciban cuidados médicos.
«Muchos partos se producen durante la noche, por lo que la electricidad facilita el trabajo y que podamos ver cuando ordenamos [los suministros médicos] y así evitar errores o molestias innecesarias para la madre», explica Margaret Albert, partera desde hace más de 30 años.
«Gracias a la electricidad constante, un buen número de suministros se mantienen en condiciones adecuadas y esto también facilita llegar a las comunidades vecinas para ofrecer inoculaciones y servicios relacionados», explica Margaret.
Zimbabwe
Zimbabwe
En el este de Zimbabwe, el ciclón Idai causó inundaciones repentinas y deslizamientos de tierra que dañaron y destruyeron infraestructura clave, tierras de cultivo y viviendas. El Proyecto de Recuperación de Zimbabwe (ZIRP) tras el ciclón Idai, financiado gracias a un subsidio de la Asociación Internacional de Fomento del Banco Mundial, contribuyó a la recuperación de las comunidades durante el período inmediatamente posterior a la catástrofe y a sentar las bases de la resiliencia a largo plazo y de la recuperación de la región.
Gracias al proyecto, se rehabilitó infraestructura comunitaria como escuelas, carreteras, sistemas de irrigación y redes de agua y saneamiento.
Ularia Mabuyaye es una agricultora que compró una parcela en el marco del componente del proyecto sobre la mejora de los sistemas de irrigación.
«Cultivábamos la tierra, pero no era muy productivo. Cuando se instalaron los canales [de irrigación] de hormigón, empezó a ser rentable», relata Ularia. Utiliza el dinero que gana con la agricultura para enviar a sus hijos a la escuela.
Ahora su familia está interesada en continuar con el negocio familiar. «Incluso mi nieta pequeña se ha interesado por la agricultura», explica Ularia. «Me dice que cuando sea mayor le gustaría ser agricultora».