The United Nations Office for Project Services (UNOPS)
Las semillas de la estabilidad
Colombia se encuentra en una encrucijada. Las más de cinco décadas de conflicto se han cobrado la vida de aproximadamente 220.000 personas, y millones de colombianos se han visto obligados a desplazarse. Ahora, un acuerdo de paz entre el Gobierno y los rebeldes pretende abrir un nuevo capítulo en la historia de la nación. Parece que cincuenta años de conflicto armado están llegando a su fin.
Hasta diciembre de 2016, un total de 7,2 millones de personas en Colombia se habían visto obligadas a abandonar sus hogares; se trata de la cifra de desplazados por la violencia más alta del mundo.
Entre los desafíos a los que se enfrenta el país, el ámbito de la vivienda presenta necesidades especialmente urgentes. Más de medio millón de hogares colombianos necesitan soluciones habitacionales, mientras que más de un millón presentan un déficit cualitativo.
En el primero de los cuatro capítulos de este reportaje, mostramos la historia de una comunidad que participa en un programa gubernamental que lidera Prosperidad Social para la mejora de 50.000 hogares por todo el país. Luis Alfredo Torres Redondo, un líder comunitario conocido como Lucho, comparte sus vivencias con nosotros.
Esta es la historia de El Salado.
Colombia en la actualidad
- 4,9 millones de personas requieren asistencia.
- 50.000 hogares están siendo rehabilitados en el marco de un programa gubernamental. UNOPS está ayudando a mejorar alrededor de 3.500 de estos hogares.
- 200.000 personas huyen de sus hogares debido a la violencia cada año.
EL SALADO
El Salado
Los paramilitares les metieron terror y miedo. Los amenazaron y les dijeron que si volvían nuevamente, los mataban».
Huida de la violencia
Huida de la violencia
Tras la masacre, la gente huyó a donde pudo. Muchos fueron a ciudades más grandes, como la población vecina de El Carmen de Bolívar, pero aquellos que provenían de comunidades agrarias como la de El Salado tuvieron dificultades para encontrar empleo.
Muchas personas acabaron viviendo y trabajando en las calles. La devastación fue total.
A raíz de todos los sufrimientos y todos los malestares que causó el desplazamiento forzoso, la gente perdió el trabajo de toda una vida».
El Salado se convirtió en un pueblo abandonado. No quedó nadie, ni siquiera los perros.
Sin embargo, varios años más tarde Lucho y un grupo de personas que compartían su idea comenzaron la tarea de reconstruir la comunidad.
Proceso de reconstrucción
Proceso de reconstrucción
El desafío fue inmenso.
Para alentar a la gente a volver a El Salado, Lucho apoyó iniciativas para mejorar la situación, reparar algunos de los daños del pasado y hacer del pueblo un lugar mejor. Una de estas iniciativas formaba parte del programa nacional “50.000 Mejores Casas”. El objetivo era rehabilitar las viviendas de acuerdo con las necesidades de cada familia y mejorar las condiciones de vida en las comunidades de forma gradual.
Puede parecer una tarea sencilla, pero no se creerían lo difícil que resulta, ya que consultamos a cada familia y elaboramos diseños individuales para cada casa teniendo en cuenta la cultura y el entorno».
El primer paso fue conocer El Salado, a sus habitantes y sus necesidades.
Los trabajos de construcción se centraron en las cocinas y los baños, lo que mejoró la salud de los residentes gracias a espacios más higiénicos donde preparar comida y proporcionó acceso a agua potable y saneamiento.
Las obras se prolongaron durante más de un año.
En El Salado, fueron necesarias más de 500 toneladas de material de construcción para mejorar los hogares. Como sucede en los trabajos de construcción que se realizan en zonas rurales de Colombia, muchos de los materiales tenían que ser transportados a mano, y la comunidad se unió para ayudar.
Recuperación de la dignidad
Recuperación de la dignidad
Casi todos los miembros de la comunidad se vieron obligados a desplazarse, pero para aquellos que regresaron, El Salado está volviendo a ser su hogar.
Debido a los desplazamientos forzosos y a todo el conflicto, la gente perdió la confianza. Cuando se pierde la confianza se pierde mucho».
Las antiguas cocinas que estaban elaboradas con ramas y estiércol ya no son necesarias. Muchos habitantes cuentan por primera vez con acceso a cocinas y a baños.
Desplace la barra para poder ver el antes y el después de la cocina de una de las familias.
En El Salado, las casas se pintan a menudo con colores llamativos, reflejo de la tradición local. Las mejoras en las viviendas tuvieron en cuenta factores como este, ya que se comprendió que existe una mayor probabilidad de que los habitantes inviertan en el mantenimiento de sus hogares si se encuentran cómodos en ellos.
En este pueblo, se rehabilitaron más de 70 viviendas, los hogares de casi una cuarta parte de la población.
Como miembro del comité de supervisión del proyecto, el papel de Lucho era asegurarse de que las mejoras cumplían con las necesidades de cada familia.
Son los pequeños detalles los que hacen la vida más agradable y más digna. La gente consiguió ganar un poco más de confianza y creer de nuevo. Recuperaron un poquito más de dignidad».
Información sobre el programa
Información sobre el programa
Puede que El Salado sea único, pero este proyecto no es una excepción, pues las mismas mejoras se están implementando en otros pueblos y comunidades en todo el país.
A lo largo de los siguientes capítulos de este reportaje mostraremos las vidas de muchas de las familias que se han beneficiado de esta iniciativa. En el próximo capítulo exploraremos cómo las viviendas sociales tienen el potencial de no solo crear mejores lugares para vivir, sino asimismo de impulsar verdaderos beneficios económicos.
El programa “50.000 Mejores Casas” es una iniciativa nacional del Gobierno de Colombia, bajo la dirección de Prosperidad Social. UNOPS, como asociado encargado de la implementación, tiene la tarea de mejorar alrededor de 3.500 hogares para aproximadamente 20.000 personas de todo el país.
Funcionamiento del programa
Funcionamiento del programa
1. Los gobiernos locales, apoyados por Prosperidad Social y su equipo de la Red Unidos, trabajan con las comunidades para identificar a las familias que más precisan de ayuda.
2. UNOPS evalúa cada casa centrándose en varios factores en materia de sostenibilidad. Por ejemplo, las familias deben ser propietarias de sus viviendas y las casas deben cumplir con ciertos estándares de seguridad mínimos y estar situadas en áreas geográficas estables.
3. A las familias que cumplen con los requisitos se les asignan en torno a 3.000 USD para la mejora de sus hogares. Esta cantidad puede repartirse entre una cocina, un baño, un techo, un suelo o una ampliación de cualquier tipo.
4. Un ingeniero y un trabajador social de UNOPS acompañan a cada familia para diseñar planos individuales que reflejen las mejoras de cada propiedad. Las reformas se basan en las necesidades de la familia, en cualquier prioridad social en los hogares o en la comunidad y en las mejores opciones desde el punto de vista arquitectónico.
5. Una vez que se acuerdan los planos y la estrategia social en hábitos saludables, las obras de mejora de cada vivienda duran alrededor de cuatro semanas.