The United Nations Office for Project Services (UNOPS)
En busca de la prosperidad
Más de 2.000 familias viven de las actividades pesqueras en el puerto de Nilwella, situado en la costa meridional de Sri Lanka.
Cada mañana temprano, cientos de pescadores se dirigen a uno de los muchos barcos que flotan en el agua cerca de las costas del Océano Índico. Sueltan amarras y comienzan una nueva jornada con las embarcaciones. Muchos de ellos salen a faenar hasta durante 30 días seguidos en uno de los 210 barcos pesqueros con autonomía para varios días que fondean en este puerto. Otros, por su parte, pescan durante una jornada en una de las 50 embarcaciones de menor tamaño o en uno de los 200 barcos tradicionales que salpican las aguas cercanas.
Tras horas y a menudo días lanzando sus redes al océano, estos pescadores de Sri Lanka retornan con grandes capturas de atún de aleta amarilla, pez vela y pez espada. Es entonces cuando los pescados se descargan, se pesan y se preparan para los clientes. Antes de ponerlos a la venta, algunos se salan y se secan, toda una exquisitez en Sri Lanka.
Hace seis años, sin embargo, esta zona tenía un aspecto diferente. El puerto de Nilwella tal y como hoy existe no era más que un plano sobre papel. En su lugar había un rompeolas incompleto cerca del cual era difícil navegar, ya que se encontraba en una zona poco profunda y no contaba con muros de muelle donde poder atracar. Los barcos de mayor tamaño no podían acercarse hasta la costa y las embarcaciones más pequeñas tenían que ir y venir para descargar las capturas. Esta situación consumía tiempo y recursos valiosos, además de retrasar el suministro de pescado fresco a los compradores interesados.
Todo lo relacionado con la carga de combustible, agua, hielo y alimentos tenía que realizarse con la ayuda de barcos más pequeños, incluso la descarga de pescado. Por este motivo, la mayoría de los barcos no querían venir aquí».
La construcción del puerto cambió la manera de trabajar de la comunidad local. Ahora, todas las embarcaciones pueden atracar y descargar el pescado fresco directamente en la costa. Los compradores, tanto vendedores de mercados como intermediarios, pueden adquirir los productos poco después de que los barcos atraquen.
«Ahora es mucho más fácil tanto para las grandes empresas como para los proveedores locales más pequeños venir al puerto y comprarnos directamente el pescado. Esto significa que nosotros también conseguimos un mejor precio por el producto», añade este pescador.
«Gracias al puerto, nos resulta fácil descargar el pescado y llevárnoslo directamente a casa para secarlo y venderlo en nuestros propios negocios», afirma otro miembro de la comunidad», afirma otro miembro de la comunidad.
Las instalaciones facilitan que los barcos puedan adquirir suministros como combustible diésel, queroseno y agua dulce, necesarios para sus jornadas de pesca. La población de Nilwella dispone ahora de más tiempo para dedicarse a actividades que ayudan a que su comunidad prospere.
Información sobre el proyecto
La construcción del puerto de Nilwella forma parte de un proyecto de mayor envergadura implementado en Sri Lanka. Este proyecto de 10,67 millones USD, financiado por el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola e implementado en asociación con el Ministerio de Pesca del país, ha ayudado a construir 13 puntos de desembarco pesqueros y dos fondeaderos. El proyecto se desarrolló tras el tsunami de 2004, que destruyó gran parte de la infraestructura pesquera y dañó los medios de vida de miles de pescadores.
UNOPS colaboró con el Gobierno de Sri Lanka para definir e implementar las actividades de construcción. Más de 100.000 personas se benefician de este proyecto.
El puerto de Nilwella cuenta con diferentes instalaciones, tales como rompeolas, un muro de muelle, un edificio administrativo, un puente-báscula, vallado, un almacén de seguridad, un dispensador de hielo y sistemas de almacenamiento y distribución de combustible y de agua dulce.