The United Nations Office for Project Services (UNOPS)
La oportunidad de aprender
En El Salvador, gracias a un proyecto de infraestructura aeroportuaria, no solo se están mejorando los medios de subsistencia, sino que también se ofrece a las personas la oportunidad de aprender a leer.
María Isaura Flores Guerrero le contó a su hijo de cinco años el cuento de El lobo pastor. Así, lo motivó a ir a la escuela y destacó la importancia de saber leer.
En la historia, una cabra engaña a un lobo para que cruce un puente dañado. El lobo, que no sabe leer, pasa por alto el cartel de peligro y muere cuando el puente colapsa bajo su peso.
- *"El lobo pastor" es un cuento de "El silabario hispanoamericano" de Adrián Dufflocq Galdames.
María Isaura no tuvo la oportunidad de aprender a leer cuando tenía la edad de su hijo.
«Éramos 13 hermanos. En nuestra niñez, no todos aprendimos a leer y escribir. Yo conocía las letras y podía leer despacio algunas palabras, pero no sabía sumar ni restar», cuenta María Isaura.
Mi papá trabajaba en la milpa, en la agricultura. Apenas pudimos estudiar un año o dos porque a los hermanos mayores nos tocó trabajar y ayudar a cuidar a los más pequeños».
José Dimas, el hermano menor de María Isaura, no aprendió a leer y temía que esto lo hiciera vulnerable, como el lobo del cuento. «Al no saber leer, es fácil que lo engañen a uno», señala José Dimas. «A veces firmé documentos sin saber si me estaban mintiendo».
Aprender a leer
En El Salvador, UNOPS presta asistencia técnica a la Comisión Ejecutiva Portuaria Autónoma, que está ampliando la terminal de pasajeros del Aeropuerto Internacional de El Salvador San Óscar Arnulfo Romero y Galdámez. En el marco del proyecto de 45,3 millones USD, se aumentará la capacidad del aeropuerto, de manera que podrá atender a 5 millones de pasajeros al año.
Las personas que trabajan en este proyecto y no han adquirido las nociones básicas de lectura, escritura y matemáticas tienen la posibilidad de participar en una iniciativa de alfabetización.
En esta iniciativa, implementada en colaboración con el Ministerio de Educación de El Salvador, se utilizan métodos y materiales pedagógicos del Programa Nacional de Alfabetización. Los participantes son evaluados y reciben un diploma que acredita sus conocimientos de lectura, escritura y matemáticas.
Cuando María Isaura empezó a trabajar en el proyecto en 2021, tres de sus hermanos ya llevaban un tiempo participando en él y en la iniciativa de alfabetización.
«Mi hija de 15 años se sorprendió al ver a sus tres tíos adultos llegar del trabajo con libros y cuadernos bajo el brazo. Los veía hacer la tarea y cómo poco a poco empezaron a leer, escribir y [resolver operaciones] matemáticas. Nunca había visto que personas adultas pudieran aprender», cuenta María Isaura.
Cuando surgió la oportunidad de sumarse a la iniciativa de alfabetización, María Isaura no lo dudó y se inscribió junto con otros miembros de su familia que trabajaban en el proyecto. En total, siete integrantes de la familia —una hermana, una sobrina, una cuñada y tres de los hermanos de María Isaura— han formado parte de la iniciativa.
Incluso durante la pandemia de COVID-19, la familia Flores Guerrero continuó su formación en línea a través de sus teléfonos celulares.
«[La iniciativa de alfabetización] ha sido una bendición para mi vida. He podido ayudar a mi hija con su tarea y ella también me ha ayudado a mí en las clases virtuales. Las dos hemos ido aprendiendo juntas», señala María Isaura.