Desde hace años, el Hospital General de Distrito, situado en el centro de Matara (Sri Lanka), presta servicios de atención obstétrica y neonatal a familias de ciudades y aldeas que se encuentran en sus alrededores, en algunos casos a cientos de kilómetros de distancia. No obstante, esta situación planteaba problemas.
La capacidad de la unidad de maternidad y neonatología del hospital era cada vez menor y había más dificultades para hacer frente a las crecientes necesidades de la comunidad.