The United Nations Office for Project Services (UNOPS)
La posibilidad de un nuevo comienzo
Los nuevos medios de subsistencia ayudan a la juventud de Guinea a salir de la pobreza y buscar un futuro mejor.
En Guinea, alrededor del 5% de la población está desempleada, y el 40% está subempleada. Este 40% ocupa puestos de trabajo que no son a jornada completa o para los que no se necesitan sus competencias y experiencia.
Fuente: Instituto Nacional de Estadística de Guinea
En Guinea, mucha gente joven tiene dificultades para encontrar empleo. En algunos casos, esto puede desembocar en pobreza, delincuencia y migración irregular. La situación es especialmente grave en la región de Guinea Forestière, la cual ha experimentado en los últimos años un agudo declive económico y un rápido aumento de la población.
Situada en el extremo sur del país, esta región, que comparte frontera con Côte d’Ivoire, Liberia y Sierra Leona, acogió en la década de 1990 y los primeros años de la década de los 2000 a cientos de miles de personas refugiadas que huían del conflicto en los países vecinos.
Durante esta época de inestabilidad, la región se convirtió en un punto de encuentro para el flujo de armas y el movimiento de personas jóvenes que buscaban generar ingresos al luchar en los diferentes conflictos. La violencia también llegó a la región, lo que resultó en la destrucción de infraestructura vital y tuvo efectos negativos en los negocios y los medios de vida de la población local.
El brote de ébola en África Occidental en 2013, que se originó en la región de Guinea Forestière, alteró considerablemente los pequeños logros que se habían conseguido en la estabilidad y el desarrollo económico. La epidemia, de tres años de duración, causó numerosas muertes y diezmó la economía del país, lo cual exacerbó las tensiones existentes.
Una prioridad del proyecto es garantizar la participación de mujeres. En Guinea, las mujeres cuentan con niveles más bajos de educación que los hombres, además de sufrir los efectos de una serie de factores socioeconómicos que les impiden alcanzar todo su potencial.
Kanoukpè Mammy, de Nzérékoré, tenía dificultades para encontrar trabajo después de dejar la escuela cuando todavía era muy joven. Al no disponer de muchas oportunidades económicas, se involucró en actividades de delincuencia común. «Cuando veía algo que no me pertenecía, si me gustaba, me decía a mí misma que tenía que agarrarlo», explica.
Gracias a la financiación de la Unión Europea, UNOPS ayudó a brindar capacitaciones profesionales, subsidios a los pequeños negocios y servicios de apoyo psicosocial, para dar a Kanoukpè y a otras personas como ella la oportunidad de romper el círculo de la pobreza y adquirir nuevas competencias.
Kanoukpè, seleccionada de entre más de 5.000 candidatos y candidatas según una serie de criterios de vulnerabilidad, decidió aprender a cultivar hortalizas. Ahora es responsable de un pequeño grupo de agricultores y agricultoras que cultivan pimientos y batatas, los cuales venden a las comunidades vecinas. Dada su motivación de compartir sus conocimientos con otras personas, se ha convertido en modelo para su comunidad.
Nos sentimos felices y unidos. Cuando tienes un trabajo, no te pierdes... no robas. Por eso quiero compartir mi conocimiento con muchas personas».
Ver el video para descubrir la historia de Kanoukpè.
El proyecto, que se enmarca en una iniciativa para fortalecer la estabilidad socioeconómica en Guinea, ha prestado apoyo a 1.300 personas en la región. Mediante la promoción de las oportunidades para generar medios de vida, el objetivo es fomentar un entorno de paz y seguridad.
El proyecto prioriza el apoyo a excombatientes –350 del total de participantes– y a jóvenes. Estos grupos están considerados como unos de los que tienen más riesgo de involucrarse en actividades delictivas.
En Guéckédou, otra zona de la región de Guinea Forestière, Tolno Moussa ha recobrado la confianza tras años de desempleo. Gracias al proyecto, en la actualidad desempeña tareas relacionadas con la avicultura.
Durante los dos años que pasé sin trabajo, pensé en irme del país para buscar trabajo. Aunque tenía una titulación de bioquímica, me resultaba difícil encontrar un empleo decente en Guinea. Pero ahora tengo confianza. [...] Las competencias y la experiencia que he adquirido a través de este proyecto me permitirán empezar mi propio negocio más tarde y ayudar a las comunidades que lo necesitan».
Bijou Balamou, que ha decidido capacitarse como electricista, siente que vuelve a tener un propósito.
Antes no tenía trabajo. Estudié hasta el décimo grado y no tenía a nadie que me apoyara porque mis padres son pobres. Al principio del proyecto, las demás personas se reían de mí. Porque soy mujer, y decían que las mujeres no podían ser electricistas. Pero gracias al apoyo del resto del grupo, me siento segura y orgullosa de ser electricista».
Información sobre el proyecto
