Durante mucho tiempo, Asia ha sido presentada como un faro de progreso en la reducción de la pobreza: en tan solo dos generaciones, 1.500 millones de personas salieron de la pobreza extrema. Sin embargo, este notable logro no puede ocultar los desafíos pendientes de la región. Unos 692 millones de personas seguirán atrapadas en la pobreza extrema en 2024, viviendo con menos de 2,15 USD al día. Las proyecciones indican que 266 millones más podrían caer en la pobreza en 2040. El cambio climático agrava estas vulnerabilidades, dejando a las comunidades de Asia, la región del mundo más propensa a los desastres, lidiando con crisis recurrentes.

Frente a estos retos, la infraestructura sostenible, la acción por el clima y los sistemas de salud resilientes se erigen como pilares para la esperanza.

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