El acuerdo se produjo tras la reunión de alto nivel sobre la Nueva Agenda Urbana y  ONU-Hábitat organizada por el Presidente de la Asamblea General, que reiteró la importancia de una urbanización sensata para lograr el desarrollo sostenible.

Este acontecimiento supone la primera cooperación entre dos organismos de las Naciones Unidas a fin de apoyar la implementación de la estrategia de la Nueva Agenda Urbana para los próximos 20 años y de los objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y así «lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles».

«Nuestra asociación con UNOPS se basa en el reconocimiento de que la urbanización, cuando está bien planificada y gestionada, es una poderosa herramienta para el desarrollo económico, la inclusión social y la sostenibilidad ambiental», declaró el Dr. Joan Clos, Director Ejecutivo de ONU-Hábitat.

«Al alinear nuestros mandatos y competencias básicas, tenemos más posibilidades de lograr un futuro mejor para todos», afirmó Grete Faremo, Directora Ejecutiva de UNOPS.

En el marco de esta nueva asociación, las dos organizaciones se centrarán en ciudades que presenten niveles crecientes de pobreza y exclusión, lo que incluirá la prestación de ayuda a mil millones de personas que viven en países con menos capacidad de alcanzar un desarrollo sostenible, así como a los habitantes de zonas urbanas de países de ingresos medianos, donde se encuentran las tres cuartas partes de la población desfavorecida del mundo.

UNOPS y ONU-Hábitat se complementarán en sus respectivas áreas de conocimientos especializados en infraestructura resiliente, planificación y diseño urbano sostenible, gobernanza y finanzas municipales para combatir la pobreza y la desigualdad urbanas, así como para ayudar a las ciudades a enfrentarse a las amenazas relacionadas con los conflictos, el cambio climático y los desastres naturales.

En la actualidad, se calcula que cerca de un tercio de la población urbana mundial vive en barrios marginales y asentamientos informales, a menudo sin acceso a viviendas, infraestructura o servicios adecuados. Además, se estima que aproximadamente el 60% de los 14,4 millones de refugiados del mundo vive en zonas urbanas.

Las ciudades también se encuentran en primera línea de la lucha contra el cambio climático y desempeñan un papel fundamental a la hora de garantizar un medio ambiente más limpio, saludable y seguro para todos. Se espera que los 650 millones de habitantes de zonas urbanas que vivan en deltas y zonas costeras en 2050 tengan que hacer frente a un grave peligro de inundaciones, escasez de agua y daños económicos y ecológicos. Estas amenazas ya no se limitan únicamente a los países más pobres. La pobreza, la exclusión y otros obstáculos a la paz y la seguridad afectan a todas las naciones.