Olas de 1,5 metros de altura arrasaron viviendas, carreteras y otra infraestructura vital y cortaron las comunicaciones a lo largo de la costa oeste de la isla principal de Tonga, Tongatapu, y las islas 'Eua y Ha'apai. La erupción expulsó una enorme columna de humo y polvo, que cubrió extensas áreas del archipiélago de una densa nube de cenizas, lo cual ha contaminado los suministros de agua y puesto en riesgo la salud de las comunidades.

En respuesta al desastre sin precedentes que ha afectado a esta nación del Pacífico, el Director de Prácticas de Implementación y Estándares de UNOPS, Nick O'Regan, afirmó que la organización se solidariza con la población y el Gobierno de Tonga en estos momentos difíciles.

«Los sucesos en el Pacífico son un recordatorio de la necesidad urgente de construir infraestructura resiliente y sostenible, diseñada para que las comunidades puedan resistir los fenómenos meteorológicos extremos y los desastres naturales en la mayor medida posible y así sobrevivir y prosperar», añadió.

«Debemos planificar y desarrollar infraestructura que pueda resistir las perturbaciones y factores como estos en el contexto de un mundo interconectado, de manera tal que se tenga especialmente en cuenta la relación entre la infraestructura y el entorno que la rodea», indicó.

Sanjay Mathur, Director de la Región de Asia de UNOPS, señaló que la organización ya se ha comunicado con asociados locales y organismos de financiación para ofrecer apoyo.

«Es preciso adoptar medidas coordinadas en esta etapa temprana para garantizar que los servicios prestados mediante la infraestructura básica en todo el país no se vean interrumpidos», expresó. «Gracias a su experiencia en adquisiciones de emergencia y evaluaciones posteriores a desastres en Tonga, UNOPS se encuentra en una buena posición para asegurar que se sigan proporcionando los servicios básicos a las comunidades del país».