Con gran estupor y tristeza he recibido la noticia del repentino y prematuro fallecimiento de nuestro estimado colega y gran líder de las Naciones Unidas, el Dr. Babatunde Osotimehin.

Para muchos de los que nos encontramos hoy aquí, era un amigo cercano, un confidente y un mentor.

La última vez que le vi fue hace solo unas semanas en Washington, donde mostró su amabilidad habitual. Su ausencia esta semana se nota intensamente.

Me gustaría expresar mis más sinceras condolencias en nombre de UNOPS a la familia del Dr. Babatunde, así como a sus muchos amigos y admiradores en Nigeria, Nueva York y en todo el mundo.

Mis pensamientos también están con sus colegas en UNFPA. La organización ha perdido a un líder visionario. Será casi imposible llenar el vacío que deja.

En este momento, es importante que recordemos la extraordinaria contribución del Dr. Babatunde al ámbito de la salud de las mujeres y las niñas, así como al de los derechos humanos.

Su entusiasmo y su espíritu de colaboración nos recuerdan que no debemos permitir que el comienzo de este día nos suma en la tristeza inútilmente. Tenemos que seguir adelante y continuar nuestra importante labor juntos.

Dediquemos este momento para darle las gracias al Dr. Babatunde por su dedicación, gran trabajo e inspiración.

Gracias.