The United Nations Office for Project Services (UNOPS)
Nuevo informe de UNOPS sobre la infraestructura y la consolidación de la paz
En el informe, se aborda el papel clave que desempeña la infraestructura para apoyar las actividades de consolidación de la paz y fomentar un desarrollo inclusivo, sostenible y resiliente en los Estados frágiles y afectados por conflictos.
«En el informe se destacan los más de 25 años de experiencia de UNOPS en el contexto de la infraestructura en lugares frágiles y afectados por conflictos para instar a que en los sistemas de infraestructura prestemos atención a las personas y a sus necesidades, favorezcamos la cohesión social y reduzcamos las desigualdades, incluida la desigualdad de género. De esta forma, podemos avanzar hacia un mundo más pacífico, sostenible y resiliente», declara Grete Faremo, Directora Ejecutiva de UNOPS.
En su prólogo al informe, Oscar Fernandez-Taranco, Subsecretario General de Apoyo a la Consolidación de la Paz, agrega: «Este documento es fundamental para comprender el rol de la infraestructura tanto en los procesos de reconstrucción y desarrollo económico como en la resolución de las principales causas de la violencia y la inestabilidad y en la prevención del conflicto».
El personal experto de UNOPS afirma que la infraestructura es un prerrequisito básico para el desarrollo y el bienestar, y puede hacer frente a algunas de las causas subyacentes del conflicto. Aun así, aunque trabajar en el contexto de los Estados frágiles y afectados por conflictos es verdaderamente complicado, los riesgos y los costos de no hacer nada son incluso más altos.
Al abordar las necesidades de infraestructura y servir de fundamentación en el desarrollo sostenible a largo plazo, la toma de decisiones con base empírica resulta crucial para la construcción de sociedades estables e inclusivas con el objetivo de conseguir una paz duradera».
El informe, que se basa en una investigación exhaustiva, destaca que la consolidación de la paz constituye un proceso continuo que comienza mucho antes de que el conflicto llegue a producirse. Las inversiones en infraestructura, cuando se implementan junto con reformas más amplias, pueden fomentar la paz y la resiliencia a largo plazo al facilitar el acceso a servicios básicos, así como promover cambios estructurales que reduzcan el riesgo de violencia y favorezcan el desarrollo sostenible.
No obstante, la infraestructura puede poner trabas a las actividades de consolidación de la paz si no protege a las comunidades o si los servicios son escasos. Si se planifica, diseña e implementa incorrectamente, la infraestructura puede avivar las tensiones, ya que refuerza un entorno desigual. Dado el efecto "de bloqueo" provocado por la larga vida útil de la infraestructura, las inversiones que no tengan en cuenta las complejas relaciones entre la infraestructura y la fragilidad corren el riesgo de contribuir a una inestabilidad prolongada.
En el informe se hace hincapié en la problemática que existe en los proyectos de infraestructura centrados en ejecutar activos físicos aislados con la esperanza de que por sí solos sean suficientes para mejorar el acceso a los servicios públicos.
«Aunque las inversiones a corto plazo puedan cubrir necesidades acuciantes, a menudo no llevan a cabo una planificación y una preparación adecuadas, que son cruciales para que la implementación de infraestructura sea satisfactoria, sobre todo en los Estados frágiles y afectados por conflictos», afirma el Sr. O’Regan.
«Asimismo, estas [inversiones a corto plazo] tampoco pueden desarrollar la capacidad necesaria para gestionar la prestación de servicios a largo plazo. Esto conduce inevitablemente a la inoperancia de este tipo de sistema y abre una brecha en la prestación del servicio, lo que desencadena la desconfianza en la gestión de los servicios públicos e incrementa las tensiones», añade.
Hoy más que nunca, hay mucho más en juego. Las grandes brechas en el acceso a los servicios de infraestructura se hicieron aún más evidentes cuando aparecieron los primeros casos confirmados de COVID-19 en los Estados frágiles y afectados por conflictos. En los países en los que hay conflictos en curso, la infraestructura sanitaria puede estar cada vez más sujeta a las luchas de poder. El desgaste de la infraestructura sanitaria en los entornos afectados por conflictos puede dificultar los intentos de consolidación de la paz al obstaculizar las actividades de recuperación a corto plazo y agravar las tensiones sobre el acceso a la sanidad a largo plazo.
Asimismo, las perturbaciones y tensiones relacionadas con el cambio climático intensificarán la presión que sienten los grupos pobres y vulnerables que viven en los Estados frágiles y afectados por conflictos. La infraestructura puede proteger en gran medida a las comunidades de las crisis económicas, ambientales y sociales que pueden ocasionar inestabilidad.
En este informe se subraya la necesidad de conocer mejor el rol de la infraestructura en los Estados frágiles y afectados por conflictos y también se aboga por una transición desde la concepción tradicional de la infraestructura como un conjunto de activos físicos individuales y aislados hacia una concepción holística, según la que la infraestructura está formada por sistemas complejos que se relacionan con los distintos aspectos de la fragilidad.
Lea aquí el informe completo (en inglés).