En Costa Rica, muchas escuelas carecen de acceso a servicios de agua, saneamiento e higiene. En las zonas más vulnerables, los servicios no satisfacen las necesidades de comunidades enteras.

En el marco de un proyecto piloto, UNOPS ayuda a mejorar el acceso a los servicios básicos en 11 escuelas de la zona entre Cariari y Barra del Colorado, en la provincia costarricense de Limón. La selección de las escuelas se basó en una serie de criterios, como la ubicación en comunidades de ingresos bajos, el número de migrantes, el nivel de necesidad de asistencia humanitaria y la vulnerabilidad al cambio climático.

«El acceso a agua limpia y saneamiento ambiental es un derecho esencial que contribuye significativamente en el cumplimiento de derecho a una educación de calidad y a la inclusión de las poblaciones que se encuentran en condiciones especialmente vulnerables», declaró la Sra. Portela de Souza.

UNOPS proporcionó asesoramiento técnico a UNICEF y al Ministerio de Educación Pública para identificar los problemas en el acceso a los servicios y diseñó soluciones resilientes de infraestructura de agua y saneamiento en las escuelas.

Junto con UNICEF, UNOPS ayudó a desarrollar y aplicar una metodología para seleccionar las escuelas, que prioriza aquellas que cuentan con una mayor cantidad de estudiantes y disponen de oportunidades para utilizar los recursos de forma eficiente. Asimismo, se ha empleado a contratistas locales para empezar a efectuar las mejoras en 11 escuelas.

«La provisión segura de agua, saneamiento e higiene es indispensable en el regreso a clases en el contexto de la pandemia por COVID-19», señaló Alejandro Rossi, Representante de UNOPS en Costa Rica.

«Además de resultar en una mejora inmediata en la infraestructura educativa de estos primeros 11 centros beneficiados, y generar las lecciones aprendidas para aplicarlas [...] a más centros educativos de la zona priorizada y del país, [aseguramos] a las y los estudiantes las condiciones óptimas para mantenerse en el sistema educativo», agregó.

Este proyecto, financiado por UNICEF y la Oficina de Población, Refugiados y Migración del Departamento de Estado de los Estados Unidos, ayuda a reducir las desigualdades y a mejorar el acceso a la educación de calidad.

«Debemos dar un paso adelante en materia de infraestructura educativa y no lo podemos hacer solos», afirmó Sofía Ramírez González, Viceministra Administrativa del Ministerio de Educación Pública.

«Se requieren de alianzas [...] para poder garantizar el acceso de la población al agua potable, y de manera conjunta, asegurar que los estudiantes puedan permanecer en las aulas y contar con los elementos necesarios para recibir una educación de calidad», agregó.