El proyecto, de un año de duración, fomentó la recuperación y reinserción social de personas exconsumidoras de drogas mediante la mejora de sus oportunidades de subsistencia y el fortalecimiento de la capacidad de los centros de tratamiento de la drogodependencia del sudeste de Afganistán.

En el marco de esta iniciativa, 360 hombres adquirieron conocimientos de albañilería, electricidad y fontanería, entre otros. Estas competencias se complementaron con capacitación sobre finanzas y competencias para la vida, con el fin de ayudar a los participantes a reconstruir sus vidas y contribuir a sus comunidades. A su vez, el proyecto impartió capacitación sobre sastrería a 360 mujeres, y les proporcionó kits de higiene y sesiones informativas sobre higiene personal.

«Al principio tenía miedo y me sentía insegura ante la posibilidad de aprender algo nuevo en esta etapa de mi vida. Pero la capacitación no solo me enseñó a confeccionar ropa, sino que me devolvió la confianza en mí misma y me dio un nuevo propósito. Ahora estoy labrándome un futuro en el que podré mantener a mi familia y contribuir a mi comunidad», afirma Azimullah Darwish, residente de la provincia de Paktia.

Un componente básico del proyecto consistió en involucrar a las personas beneficiarias en actividades de efectivo por trabajo, que no solo les proporcionaron ingresos, sino que también sirvieron para rehabilitar instalaciones de salud esenciales. El proyecto generó casi 19.000 días de trabajo, lo que permitió rehabilitar con éxito dos centros para el tratamiento de la drogodependencia en las provincias de Paktya y Paktika.