Nos encontramos muy lejos de alcanzar una de las prioridades más importantes para el mundo: cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Los ODS abarcan todo tipo de cuestiones, desde la lucha contra la pobreza y el cambio climático hasta el fomento de la educación, la paz y la seguridad, que son esenciales para lograr la igualdad, la prosperidad y nuestra supervivencia. Actualmente estamos en el ecuador del plazo para cumplir los ODS hasta 2030, y el mundo se enfrenta a un sinfín de crisis que han agravado aún más las alarmantes diferencias entre las metas más importantes de los ODS y la realidad a nivel local, nacional e internacional.

Los sectores público y privado podrían ayudar a enderezar el rumbo aunando sus conocimientos especializados y sus recursos en favor de la consecución de los ODS. Para ello, ambos sectores pueden colaborar en la elaboración y puesta en práctica de soluciones para los problemas que son demasiado grandes y complejos para que cualquiera de los dos pueda superarlos en solitario.

Por ejemplo, en la República Democrática Popular Lao sigue habiendo desafíos importantes que dificultan que el país alcance sus objetivos de eliminar la pobreza, acabar con el hambre y promover el crecimiento económico y el trabajo decente. Aunque la tasa nacional de pobreza se ha reducido a la mitad en las últimas décadas y ha descendido del 46% al 23% aproximadamente, el impacto de la pandemia de COVID-19, entre otros factores, ha tenido consecuencias negativas.

A través de un proyecto financiado por el Marco Integrado Mejorado, el Ministerio de Industria y Comercio del país ha liderado un proyecto en el que Ock Pop Tok (Oriente se encuentra con Occidente) –una empresa social con ánimo de lucro que cofinanció el proyecto junto con el Gobierno– capacita y proporciona equipamiento a tejedoras de zonas rurales de Lao para ayudarlas a producir artesanía de calidad de forma constante. Esto, a su vez, les permite obtener ingresos más altos.

En el proyecto participan mujeres de seis aldeas de tres provincias del norte del país: Oudomxay, Luang Namtha y Phongsal.

Esta alianza ha contribuido a transformar sus medios de subsistencia. Gracias a la mejora de conocimientos, equipo y técnicas, ahora obtienen en promedio un 46% más de ingresos, y en algunas aldeas el incremento supera el 100%. En algunos casos, las tejedoras ganan ahora más que sus maridos, y su trabajo les está otorgando más respeto e influencia en sus familias y aldeas. 

En ocasiones, hay voces críticas en el ámbito del desarrollo internacional que cuestionan el apoyo a iniciativas con fines lucrativos. No obstante, con esta alianza, las tejedoras consiguen una clientela fija, y unos ingresos estables, al abastecer a Ock Pop Tok. Por su parte, Ock Pop Tok obtiene un suministro confiable de productos básicos, que la empresa adquiere, mejora y después vende en un mercado en línea y presencial más amplio.

Conjuntamente, no solo están creando una alianza fructífera en la que todas las partes salen ganando, sino que también están ayudando a preservar y promover el patrimonio nacional al hacer llegar diseños tradicionales, tejidos y artesanía cultural a un público local e internacional.

Este tipo de alianza, pequeña pero con un gran impacto, podría reproducirse a lo largo y ancho del mundo, con resultados similares que cambien la vida de las personas y ayuden a cumplir los ODS.

Una versión ampliada de este artículo de Reflexiones de UNOPS se publicó en FDI Intelligence. Puede consultarse a través de este enlace.