The United Nations Office for Project Services (UNOPS)
¿Podría la tecnología del Bitcoin revolucionar la distribución de ayuda humanitaria?
La cadena de bloques, la tecnología en la que se basa el Bitcoin, podría liderar la lucha contra la distribución ineficaz de ayuda humanitaria. A continuación, se analiza cómo.
Cuando trabajaba en Afganistán, había un hospital en Kabul en el que estaban tan desesperados por conseguir un simple generador que solicitaron la ayuda de varios organismos de las Naciones Unidas. Finalmente, recibieron cinco.
Aunque se satisficieron las necesidades del hospital, la redundancia constituyó un malgasto de recursos. Esta es una situación que se repite en los sectores humanitario y del desarrollo.
La redundancia no es la única causa del malgasto de recursos, pues numerosos casos de ineficiencia cohabitan entre las diversas capas que forman el sistema internacional de financiación de la ayuda humanitaria.
Empezando por los contribuyentes de aquellos países que realizan aportaciones, los fondos de ayuda pasan por numerosas manos, de institución a institución. Cada capa supone costos adicionales y mayores requisitos de elaboración de informes, lo que implica que los resultados tardan más tiempo en conseguirse.
La cadena de bloques en el ámbito del desarrollo
Garantizar que la mayor cantidad de ayuda posible llegue con rapidez a aquellos que realmente la necesitan no es un desafío nuevo. Sin embargo, ahora existe una nueva forma de hacerle frente mediante la tecnología del Bitcoin, es decir, la cadena de bloques, una tecnología descentralizada aplicada a la contabilidad.
La naturaleza invariable de esta tecnología hace prácticamente imposible la alteración de los registros».
La cadena de bloques es un mecanismo descentralizado entre pares que está programado para registrar de forma segura casi toda la información valiosa sin necesidad de intermediarios. Una vez introducida la información, nadie puede modificarla.
Mejora de la transparencia y la colaboración
El hecho de que se registren todas las transacciones en cadenas de bloques significa que, por su propia naturaleza, esta tecnología podría aumentar la transparencia. Para muchos gobiernos donantes este es un aspecto vital, tanto para ayudar a tomar decisiones óptimas sobre cómo emplear los fondos oficiales de asistencia al desarrollo como para obtener apoyo en su lugar de origen para la labor que desempeñan en el ámbito del desarrollo.
El aspecto crucial de esta tecnología es que su potencial resulta prometedor en lo que respecta a la coordinación de las respuestas ante desafíos mundiales y al intento de construir un sistema de ayuda internacional más eficaz.
Si diferentes organizaciones de ayuda humanitaria tienen acceso a un registro de cadenas de bloques, contarán con más información sobre el destino y la distribución de la ayuda. A su vez, esta información favorecerá la colaboración entre diversas organizaciones para evitar tanto la redundancia de ayuda como el malgasto de tiempo y recursos.
Lucha contra la corrupción
Por supuesto, no solo la ineficiencia puede ser la causa del malgasto de recursos; a veces la culpa recae en el eterno problema de la corrupción. En este sentido, la cadena de bloques vuelve a ofrecer una solución. La naturaleza invariable de esta tecnología hace prácticamente imposible la alteración de los registros.
La capacidad de todos los usuarios de una cadena de bloques de rastrear cualquier transacción de principio a fin consigue que sea casi imposible cometer muchos de los tipos comunes de corrupción, como sobornos, malversación o desvío de fondos.
Puede mantenerse el anonimato, lo cual no es una novedad en el sentido de que muchas de las divisas que se utilizan actualmente no están vinculadas al nombre de los usuarios. Pero una diferencia con las transacciones más tradicionales es que la privacidad de cada usuario en el modelo basado en las cadenas de bloques puede protegerse mejor de la intervención de terceros, ya sea una autoridad centralizada, un banco o delincuentes. Sin embargo, para adaptarse a un mundo impulsado por la tecnología de la cadena de bloques es necesario que las autoridades que velan por el cumplimiento de la ley establezcan un nuevo marco regulatorio.
A pesar de que esta tecnología se encuentra en su fase inicial, la cadena de bloques está adquiriendo un mayor impulso en el sistema de las Naciones Unidas debido a que sus posibles beneficios superan con creces los riesgos.
Ya ha comenzado el desarrollo y análisis de sus posibles aplicaciones. Por ejemplo, como parte de un proyecto piloto a gran escala del Programa Mundial de Alimentos, cerca de 10.000 refugiados sirios reciben ayuda en efectivo en forma de bonos de criptodivisas para que puedan comprar comida a nivel local. Asimismo, más de otros 15 organismos de las Naciones Unidas están investigando diferentes posibilidades que puede ofrecer la cadena de bloques.
En definitiva, esta tecnología no solo podría aumentar la eficiencia en la distribución de la ayuda humanitaria, sino que también podría mejorar la forma en que abordamos la ayuda internacional.
A pesar de que esta tecnología se encuentra en su fase inicial, la cadena de bloques está adquiriendo un mayor impulso en el sistema de las Naciones Unidas debido a que sus posibles beneficios superan con creces los riesgos».
Yoshiyuki Yamamoto
Yoshiyuki Yamamoto es el antiguo Asesor Especial de UNOPS sobre la participación de las Naciones Unidas en la tecnología de la cadena de bloques y el funcionario de rango más alto de la organización en este sector. Investiga las posibles aplicaciones de la tecnología de la cadena de bloques en el trabajo de las Naciones Unidas y en el ámbito de la ayuda internacional. Yoshiyuki es el antiguo Director del Centro para la Paz y la Seguridad de UNOPS y cuenta con más de 20 años de experiencia en las Naciones Unidas, sobre todo en operaciones de asistencia humanitaria y de mantenimiento de la paz. Además, durante 15 años trabajó en diferentes sectores en países como Pakistán, Afganistán, Jordania e Iraq.