The United Nations Office for Project Services (UNOPS)
Conflicto, cambio climático e infraestructura
El cambio climático afectará especialmente a las comunidades con menor capacidad para hacer frente a sus efectos y podría atizar conflictos al mismo tiempo. A continuación, explicamos la función que puede desempeñar la infraestructura al respecto.
Hay disputas por acceder a los mismos recursos limitados en todo el mundo.
Las cifras son abrumadoras. Aproximadamente 2.200 millones de personas no tienen acceso a agua potable, mientras que 4.200 millones de personas no tienen acceso a instalaciones de saneamiento seguras.
En situaciones de inestabilidad y afectadas por los conflictos, no tener acceso a recursos ni servicios básicos a menudo genera una creciente tensión, que con frecuencia desemboca en conflictos».
Tras 22 años de guerra civil, el estado sursudanés de Lagos es una de las zonas más pobres y afectadas por conflictos del país. La escasez de agua y la imposibilidad de acceder a fuentes de agua seguras, en especial durante la estación seca, ha avivado el conflicto entre las comunidades de pastores.
El cambio climático, que da lugar a fenómenos meteorológicos más extremos, como sequías más graves y prolongadas, no mejorará ese tipo de situaciones. Es probable que aumente la tensión entre los grupos que se disputan el mismo recurso limitado: en este caso, el agua.
Asimismo, una sequía prolongada supone una seria amenaza para los medios de subsistencia de los habitantes de comunidades que dependen de los productos agrícolas como primera fuente de ingresos. Vivir en una situación de inestabilidad y conflicto complica aún más la recuperación tras la pérdida de las cosechas y la muerte del ganado.
La falta de alimentos, agua y oportunidades económicas puede llevar a la población, ya de por sí en dificultades, a pelear por los pocos recursos o servicios disponibles.
No se trata de una posibilidad en un futuro lejano, pues el cambio climático ya está afectando al mundo, y millones de personas podrían quedar todavía más expuestas a sus repercusiones.
Si el mundo no se esfuerza ya por mitigar los efectos del cambio climático y adaptarse a ellos, más de 100 millones de personas podrían verse sumidas en la pobreza extrema para 2030. Además, dos tercios de las personas que vivan en condiciones de pobreza extrema se encontrarán en zonas frágiles y afectadas por conflictos.
Una infraestructura resiliente, sostenible e inclusiva podría ayudar a esas comunidades a resistir las conmociones y las tensiones que el cambio climático trae consigo, al tiempo que proporciona asistencia para la recuperación y el desarrollo».
Cuando se construye la infraestructura desde un enfoque holístico, esta puede incrementar el acceso a recursos limitados, particularmente a recursos naturales amenazados por el cambio climático.
De igual manera, la infraestructura puede ayudar a proteger a las personas más vulnerables ante los efectos del cambio climático, a la vez que evita que las tensiones se conviertan en conflictos de gran magnitud. En un contexto posterior a un conflicto, la infraestructura también puede ayudar a las comunidades en la reconstrucción a largo plazo, la reducción de las desigualdades y el fomento del desarrollo sostenible.
Por ejemplo, restaurar la infraestructura de abastecimiento de agua en zonas afectadas por conflictos posibilita la reanudación de servicios fundamentales, como los de salud, educación o saneamiento.
En el estado sursudanés de Lagos, UNOPS ayudó a mejorar el acceso a recursos hídricos mediante la construcción de depósitos de agua para el ganado y pozos perforados para extraer agua apta para el consumo humano.
Gracias a la estrecha colaboración con el equipo de ingeniería del Ministerio de Infraestructura Física del estado de Lagos y la capacitación de los trabajadores locales en métodos de construcción y gestión de las instalaciones de abastecimiento de agua, la población local podrá seguir manteniendo la infraestructura.
También se construyeron comisarías y tribunales en zonas propensas al conflicto, como parte de un proyecto de consolidación de la paz más amplio. En la medida de lo posible, se contrató a personas de las comunidades locales para las obras, incluidos excombatientes.
El proyecto no solo ayudó a crear una infraestructura que satisfizo las necesidades inmediatas de acceso a un recurso natural limitado, sino que también promovió la seguridad y el estado de derecho, generó oportunidades económicas para la comunidad local y garantizó la transferencia de conocimientos para mantener la infraestructura en funcionamiento.
No limitarse a la simple restauración de la infraestructura, sino hacerla más resiliente, permite que se sigan prestando servicios fundamentales, incluso ante el cambio climático.
Carolina Fantini y Geoffrey Morgan
Carolina Fantini trabaja como Asociada de Infraestructura y Gestión de Proyectos en UNOPS. Su labor consiste en fomentar la función de la infraestructura en la asistencia para el desarrollo y la consolidación de la paz. Tiene experiencia en las esferas de la seguridad y las relaciones internacionales, y ha trabajado en África, Europa y América Latina.
Geoffrey Morgan es Responsable de Infraestructura Sostenible, Resiliente e Inclusiva del Equipo de Iniciativas Estratégicas de UNOPS. Su labor consiste en ayudar a los Gobiernos a alcanzar sus objetivos climáticos y de desarrollo mediante el uso de infraestructura sostenible, resiliente e inclusiva. Es ingeniero civil colegiado y cuenta con experiencia en proyectos en África, Asia, Oriente Medio y América Latina.